Daniela tenía 2 años cuando llegó a Fundal, se le dificultaba sostener su cabeza y el tronco, su salud era muy delicada y tenía bajo peso.  Vive en la aldea Calahuache del municipio del Palmar a 35 km de la cabecera de Quetzaltenango.

 En verano es muy caluroso. Su casa está muy cerca de un río que en los meses de invierno se desborda, haciendo pasar por muchos apuros a la familia, pues deben salir de su casa y pedir posada a los vecinos más cercanos.  Gracias a la constancia y dedicación de su mamá, al acompañamiento de maestras y terapeutas de Fundal que también le informaron sobre una mejor alimentación, ha logrado grandes avances.

 Actualmente se sienta por sí sola, gatea y empieza a ponerse de pie, además ha recuperado peso, se caracteriza por ser muy sonriente y le agrada explorar, aprender cosas nuevas e imitar las acciones de los demás, tiene Síndrome de Down y va avanzando en su desarrollo.  Debido   a la distancia donde vive y dificultades familiares   ella continúa recibiendo sus clases de forma virtual. Participa siempre puntualmente y es muy responsable realizando sus tareas.

En la imagen la vemos aprendiendo sobre las prendas de vestir apropiadas para los diferentes climas.  Daniela es un ejemplo de que, uniendo esfuerzos y compromisos de la familia y docentes, se logran grandes avances.